UNA HISTORIA EJEMPLAR DE EMPRENDIZAJE


UNA HISTORIA EJEMPLAR DE EMPRENDIZAJE[1]

Érase una vez una empresa. Bueno, un grupo empresarial, aparentemente exitoso que operaba en el sector del trading de hidrocarburos. Se llamaba, y se llama, Grupo Hafesa.

Interesado, entro en su página web donde, efectivamente, declaran ser “un holding empresarial de capital 100% español cuya misión es la adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de productos petrolíferos”. En principio, nada que objetar.

Es una empresa joven, nacida en el año 2015, cuando comenzaron operando una planta de almacenamiento de hidrocarburos situada en el Puerto de Motril para, después, extender sus actividades, tanto territorialmente como en los campos de la logística, el trading y las estaciones de servicio.

Esta empresa, como debe ser, cuenta con un Código Ético entre cuyos principios rectores cabe destacar la Transparencia y el Cumplimiento de las obligaciones normativas y legales, reafirmando su “tolerancia cero a la corrupción”.

Animado, pues, por el principio de transparencia, busqué en la página alguna información corporativa más, pero no la encontré. Ni la estructura del capital, ni la de la propia organización, ni la reseña de las personas directivas ni, mucho menos, cuentas auditadas, etc. La pretendida transparencia debía referirse a otras cuestiones que desconozco.

Sin embargo, algunas referencias a este grupo empresarial, si están disponibles en la red. De hecho, se trata de asuntos noticiosos.

La primera remite al 22 de marzo de 2019, cuando la Guardia Civil registró la sede del Grupo Hafesa situada en la planta 31 del edificio Torre Espacio, uno de los rascacielos emblemáticos del Madrid financiero.

Más tarde, la escena se repetía en la calle Velázquez de la capital, continuando en localidades de Castellón, Valencia, Alicante, Lleida y Girona. Se trataba de la Operación Drake, una compleja investigación conjunta iniciada en 2015 por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria que permitió asestar el mayor golpe dado nunca en España al fraude masivo en el impuesto del IVA. La redada se saldó con 21 detenidos, la intervención de millones de litros de combustible, 61 vehículos de alta gama y dos barcos de lujo, así como el bloqueo de cerca de 350 cuentas bancarias y 155 inmuebles valorados en 50 millones de euros. En efectivo, los agentes localizaron en cajas fuertes, e incluso escondidos en una moto, cerca de un millón de euros en total.

El modus operandi

Los responsables creaban empresas instrumentales que inscribían como intermediarias en la compraventa de hidrocarburos y que, pese a carecer de estructura, actividad y personal, adquirían importantes cantidades de productos petrolíferos a mayoristas, tanto nacionales como internacionales. Ese combustible era revendido a estaciones de servicio a un precio sensiblemente menor que la competencia, con el éxito de ventas comprensible.

Las tramas cobraban, incluyendo el IVA. Sin embargo, no ingresaban en el erario los tributos cargados. Para ello, en ocasiones simulaban con facturas falsas haber soportado en otras operaciones cantidades de este mismo impuesto muy similares. En otras ocasiones declaraban un volumen de ventas inferior al real, o presentaban declaraciones sin ingresos.

Tarde o temprano, Hacienda detectaba las irregularidades en las declaraciones y reclamaba a la mercantil que cumpliera sus obligaciones fiscales, entonces, ésta desaparecía y dejaba el nombre de un administrador que era en realidad un testaferro. Además, previamente había sido vaciada patrimonialmente. Las sociedades no solían estar operativas más allá de un año, que es, más o menos, el tiempo en el que el fisco tardaba en detectar las irregularidades. Sin embargo, con ellas no moría el negocio. La trama creaba en poco tiempo otra empresa similar que, además, heredaba la cartera de gasolineras que adquirían el combustible a bajo precio y el ritmo del fraude continuaba.

Las pesquisas también han permitido detectar los sistemas utilizados por las tramas para blanquear los ingentes beneficios conseguidos, a través de estructuras societarias que terminaban derivando los fondos en la compra de inmuebles, invirtiendo en criptomonedas o evadiéndolos a terceros países.

Investigaciones efectuadas

Además de la mencionada “Operación Drake” se han desarrollado otras cuantas, lo que da una idea del volumen defraudado y de lo extendido de estos delitos:

  • Operación Bashnya (2012). Cuota defrauda: 120 millones. Detenidos: 30 personas. Dinero intervenido: 50 millones.
  • Operación Walkers (2013). Cuota defraudada: 100 millones. Detenidos: 19 personas. Dinero intervenido: 53 millones.
  • Operación Nehar (2014). Cuota defraudada: 10 millones. Detenidos: 106 personas. Dinero intervenido: 8 millones.
  • Operación Zelote (2015). Cuota defraudada: 15 millones. Detenidos: 9 personas. Dinero intervenido: 10 millones.
  • Operación Reata (2016). Cuota defraudada: 11 millones. Detenidos: 9 personas. Dinero intervenido: 3 millones.
  • Operación Burlao (2016). Cuota defraudada: 24 millones. Detenidos: 21 personas. Dinero intervenido: 15 millones.[2]

Se ve que, además de una transparencia “sui géneris”, también tiene un concepto particular de esa proclamada “tolerancia cero con la corrupción”.

Curiosamente, esta empresa, aun no teniendo base en Galicia, había ganado desde hacía varios años el contrato para suministrar combustible a la Armada Española, cuya principal base en el Atlántico está en Ferrol.

Pues bien, entre sus directivos( el “segundo” de a bordo) figura José Norberto Uzal Tresandi, que fue director general de Administración Local de la Xunta entre 2009 y 2013[3]… Sin comentarios.

El procedimiento judicial

El magistrado de la Audiencia Nacional José Luis Calama propone juzgar al presunto jefe de la trama, el presidente del Grupo Hafesa, Alejandro Hamlyn López Tapia, al director general de la mercantil y su lugarteniente, José Norberto Uzal Tresandi y a otra veintena de personas, por delitos de organización criminal, blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública.

El juez instructor considera acreditada la existencia de una organización constituida en torno a la mercantil HAFESA ENERGÍA que habría diseñado tanto unaoperativa de fraude fiscal como de blanqueo de capitales, sirviéndose para ello de una compleja estructura de sociedades.

En definitiva, concluye la Audiencia Nacional, esas mercantiles “han sido dispuestas con la connivencia de los responsables de este grupo empresarial y han sido integradas en su estructura para la comisión de la operativa defraudatoria”.

Blanqueo de 46,5 millones

El auto judicial señala que las cuotas defraudadas a través de las sociedades instrumentales han sido sometidas a unproceso de blanqueo de capitales por un total de 46,5 millones de euros.

Los destinos a los que la organización criminal ha dedicado dicha cantidad son la compra de criptomendas (5,37 millones); transferencias a posiciones en el extranjero (5,37 millones); efectivo (5,71 millones); inversión en inmovilizado (3,13 millones); compra de vehículos (1,95 millones). Por último, cheques y talones -sin destino identificado- (1,52 millones de euros) e Inversión en otras empresas, por ejemplo, la compra de la operadora SANVEZ (5,67 millones de euros).[4]

En este asunto del blanqueo, tiene interés mencionar que el abogado, José Ignacio de Torres y De Dios, implicado en la trama por el juez, era administrador y socio minoritario de una empresa del número dos de esa presunta organización criminal, José Norberto Uzal Tresandi, a través de la cual se pagó la casa del líder de la organización, Alejandro Hamlyn López Tapia. ¿A alguien le suenan este tipo de chanchullos?

El Compliance

Llama la atención, visto lo visto, que esta empresa (organización criminal, según el Auto de la Audiencia Nacional), además de disponer de tan excelente Código Ético, haya contado, según extraigo de mis búsquedas en la red, de un Sistema de Compliance y de un Compliance Officer en activo. Así, en octubre de 2021 el Grupo Hafesa fue admitido como nuevo Socio de la Asociación Española de Compliance (ASCOM).

En palabras de César Burón, Compliance Officer del grupo: “Grupo Hafesa aspira a convertirse en un referente en materia de compliance dentro de nuestro sector de actividad”

Para él, en el sector petrolífero “pese a estar regulado y controlado, han aparecido empresas oportunistas que han bordeado la legalidad, las compañías de la industria que pretenden pervivir en el tiempo deben implementar políticas de cumplimiento riguroso con absoluto convencimiento de que no solo son un valor ético, sino que son una herramienta que, a medio y largo plazo, genera evidentes rentabilidades”. [5]

Estamos hablando en el año 2021, cuando ya se han iniciado las diligencias judiciales referidas en este trabajo. ¿No resulta todo ello asombroso?

Sin embargo, algo debió ocurrir en este campo del Compliance del Grupo Hafesa puesto que, en un momento dado, se supone que con posterioridad a octubre del 2021, quien aparece como responsable de Compliance del Grupo es Jose María Buisac, director técnico de éste desde 2020 y que, como tal Compliance Manager, ha publicado en marzo de 2024 en el blog de ASCOM un artículo titulado: “Mapa de riesgos y política de Compliance en el sector de los hidrocarburos”. En dicho artículo se señalan significativamente riesgos tales como la “volatilidad”, lo que no es de extrañar dada la naturaleza del producto, así como los posibles daños al medio ambiente e incluso, los accidentes catastróficos o la ciberseguridad. Todo muy evidente. Del asunto del fraude fiscal y el blanqueo de capitales… ¡Ni una palabra!

Epílogo

Poco a poco he podido encontrar el rastro de otros directivos del grupo, siquiera sea en las noticias que su propia página web ofrece, no en la inexistente información corporativa.Algunos personajes han cambiado d eposición dentro del entramado y de otros, no deja de maravillarme su fabulosa capacidad de trabajo. Así, por ejemplo, unos de los CEO (han ido cambiando) del grupo, el abogado bilbaino Bruno Álvarez Amézaga ha sido presidente de tres empresas, consejero de nueve, secretario de siete, consejero delegado de cinco, representante de diez, administrador de diez y siete, apoderado de nueve y liquidador de una. No está mal.

Hay sin embargo un personaje bastante oculto, aunque no lo suficiente. Se trata del que la Audiencia Nacional define como “cerebro de la trama”, un joven emprendedor surgido de ese vivero empresarial que es Neguri y para el que se piden 89 años de cárcel. Me ha costado algo encontrar una referencia directa suya en internet, pero la hay.

En una entrevista de 2018 concedida al digital “El Español”, el señor Hamlyn sostenía que no le gustaba “eso que hacen los traders de comprar a futuro el crudo.  Es peligroso. Yo he visto cómo el mercado puede aplastarte en una mala posición, así que nuestra política es la de cero riesgos, nada de especular”.

Pues, eso: nada de especular. Es mucho más rentable, defraudar.


[1] Evidentemente, es una palabrota horrible. La pongo como homenaje a toda esa jerga que envuelve de modernidad y tecnicismo prácticas empresariales, unas buenas y otras no, pero tan antiguas como el hilo negro.

[2] Fuente: El País https://elpais.com/economia/2019/04/03/actualidad/1554321089_117401.html?event_log=oklogin

[3] Fuente: https://www.galiciapress.es/articulo/economia/2022-11-10/4067386-grupo-hafesa-invertira-18-millones-nueva-planta-almacenamiento-hidrocarburos-ferrol

[4] https://www.elespanol.com/invertia/empresas/20210607/audiencia-nacional-propone-hafesa-energia-presunto-millones/587192181_0.html

[5] https://www.diariojuridico.com/cesar-buron-compliance-offi cer-de-grupo-hafesa-el-compliance-debe-servir-para-diferenciar-las-empresas-que-pretenden-actuar-en-el-mercado-con-estandares-de-cumplimiento-de-las-que-no-lo-tie/

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